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Whyndam Clark resistió el acoso de Rory McIlroy y por un golpe ganó el US Open

Hay una razón por la cual al golf de elite se juega en 72 hoyos, porque en ese número se ve quien es el ganador y quienes son el resto. Es lo que sucedió esta semana en Los Ángeles Country Club.

Cuando el Abierto de Estados Unidos de 2023 llegó al hoyo 72, Clark tuvo que acertar un putt de 18 metros para birdie en el último golpe. Cuando la pelota desapareció en el hoyo, Clark se tomó el pecho, levanto la cabeza hacia arriba y las lágrimas fluyeron.

“Aún no me recupero del todo”, dijo Clark, después de un par 70 para un total de 270, 10 bajo par con lo que superó a Rory McIlroy por un golpe.

Hace un par de meses pocos sabían quién era Clark, hasta que tomó notoriedad con la conquista del Well Fargo, en Charlotte, en la primera semana de mayo. Ese fue su primer título del PGA Tour. Hasta entonces, era un jugador sin demasiados bríos y andaba seco de triunfos.

Rory McIlroy buscaba volver a adjudicarse un major después de su último triunfo hace 9 años. A los 25 años ya había ganado cuatro torneos de Grand Slam y vale el repaso: en 2011 triunfó en el US Open, su primer major. Después, llegarían el PGA Championship de 2012 y 2014 y el British Open de 2014 en Royal Liverpool. Una tromba que se perfilaba para rivalizar en cantidad de certámenes grandes con Tiger Woods, con 15. Aunque después, si bien nunca perdió protagonismo en el PGA Tour y aumentó la cosecha de títulos hasta 23 en el máximo circuito estadounidense, el norirlandés -ahora de 34 años- ya no pudo reescribir su propia historia en alguna de las cuatro citas más importantes, más allá de que estuvo muy cerca en varias ocasiones. Una espera, ni más menos, que ya alcanza los 3234 días. Tendrá que esperar a su nueva oportunidad, el mes que viene en el Open, que se disputará en Royal Liverpool.

Whyndam Clark, en las últimas cuatro temporadas en el PGA Tour, solo tuvo una victoria y nunca llegó al top 50 en la Copa FedEx. Esta temporada, sin embargo, ha sido un gran avance, tres resultados entre los seis primeros en un tramo de cuatro eventos antes de capturar su victoria inaugural en el Campeonato designado de Wells Fargo.

Para muchos solo hay cuatro torneos que importan, el resto del calendario es un medio para pasar el tiempo y ganarse la vida. El pensamiento predominante para muchos de los espectadores era que Clark no sería más que un espectador de la historia que producirían McIlroy, Rickie Fowler o Scottie Scheffler.

Sin emabrgo, este torneo no siguió el guion escrito por la gente.

La gran decepción de este US Open terminó siendo Rickie Fowler (-5 total después de una última vuelta de 75, +5), que lideró durante todo el torneo y sintió claramente la presión en la última vuelta, a juzgar por la colección de 7 bogeys que le hicieron perder la línea. Incluso, algunos putts accesibles que falló le alteraron su habitual calma para caminar el campo y todo su juego se desbarrancó. Era el gran favorito del público local, sobre todo después de su descollante primera vuelta de 62 golpes (-8), con 10 birdies en la tarjeta y un toque mágico en el green. Había conseguido el score más bajo en la historia de los majors, que ostentaba en soledad el sudafricano Branden Grace desde el Open Championship de 2017. Pero la vara que él mismo se había puesto le quedó demasiado alta y estuvo lejos de ser un contendiente serio para Clark y McIlroy en el último tramo.

Luego estaba McIlroy, quien jugó un espectacular, 9 primeros en uno bajo, y aunque no logró hacer birdie en el par 5, el octavo, ese par se veía mucho mejor después de que Clark se acercó en el octavo a la barranca.  Todo termino con uno de esos “buenos bogeys” por los que este difícil campo es conocido, pero su ventaja de dos golpes sobre McIlroy se redujo a uno.

La desafortunada realidad para Clark, para cualquiera que vaya en contra de McIlroy, es tratar de lograr algo frente a una multitud que lo único que quería era ver ganar al Norirlandés.

Pero Clark siguió respondiendo con contundencia, con el par 5 (el hoyo 14) sirviendo como punto de inflexión. McIlroy terminó conectando su tercer tiro en el borde de un búnker y, a pesar de recibir un tiro libre, McIlroy no pudo aprovecharlo. Clark si lo hizo, encontrando el green en dos con un águila. La ventaja de Clark ahora era de tres, lo que ofrecía una libertad muy necesaria para los bogeys posteriores en el 15 y el 16.

Con McIlroy y Clark intercambiando pares en el hoyo 17, Rory necesitaba un birdie en el último hoyo para finalmente cerrar la brecha. La multitud coreó su nombre cuando llegó a la calle 18, pero no vitorearon su nombre después. La aproximación de McIlroy navegó unos 12 metros a la izquierda, y el intento de birdie se quedó a pocos centimetros.

Cuando la pelota se detuvo antes de su destino previsto, McIlroy miró hacia las gradas con la mirada que tiene un jugador cuando hace un 4 pero necesita un 3. “Me estoy acercando”, dijo McIlroy, con la voz quebrada después de firmar un par 70. “Cuanto más llegue a estas posiciones, tarde o temprano tendre mi nuevo grande”.

Lo único que podría haber salvado a McIlroy fue un desastre de Clark, pero este se sobrepuso a un último golpe débil con una aproximación segura, y un putt selló lo improbable. Cabe preguntarse sobre Clark hacia dónde irá desde aquí (y la respuesta inmediata es un viaje a Roma para la Ryder Cup). Pero no podemos contar el triunfo sin angustia, un sentimiento que ha sido un compañero no deseado a lo largo de la vida de Clark.

Cuando Clark era pequeño, a su madre, Lise, le diagnosticaron cáncer de mama. Luchó contra la enfermedad mientras hacía lo que mejor que saben hacer las madres, que es poner a sus hijos en primer lugar. Fue Lise quien introdujo a Wyndham en el deporte, quien lo llevó de un torneo a otro. Lise luchó valientemente, pero el cáncer es una enfermedad que no juega limpio. Lise murió en 2013; Wyndham solo tenía 19 años

“Ella era mi apoyo permanente”, dijo Clark a principios de esta semana. “Entonces, cuando las cosas eran difíciles o cuando las cosas iban muy bien, ella siempre estaba allí para mantenerme conectado a tierra”.

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