Viktor Hovland: “Ahora creo en mí, sé que puedo hacer para salvarme cuando fallo un green”

Por Jim McCabe/PGA TOUR

Los números cuentan la historia de la tremenda temporada 2022/23 que tuvo Viktor Hovland en el PGA TOUR. Pero no es el de 18 millones de dólares el más importante de ellos, más allá de lo que implica.  

Seguramente este es un gran premio por ganar el TOUR Championship el último evento del año que le permitió ganar la FedExCup. Pero conocer a Hovland es saber que este chico no va a cambiar sus prioridades por más que las pueda afrontar.  

“Es lindo contar con eso, pero el dinero no es lo que me mueve. No es algo que significa mucho para mí”, dijo el noruego de 25 años. “Yo encuentro sentido en otros lugares”.  

Viniendo de otra persona, esta frase no sería de mucho peso. Pero Hovland no es común. Es impecablemente educado, siempre contento y genuinamente apasionado acerca de una vida que se mantiene simple y eso le basta.  

Incluso antes que cobrara ese cheque gigante en el TOUR Championship en East Lake Golf Club, en Atlanta, Hovland ya tenía suficiente dinero como para comprarse una casa frente a la playa en Jupiter, Florida, donde muchos jugadores viven.  

Pero decidió que no. Que no es su lugar.  

Sin embargo, Hovland es feliz encontrando sentido en otros lugares, como en Stillwater, Oklahoma. Ubicado en el centro de Estados Unidos, es la sede de la Universidad de Oklahoma State, donde el noruego fue uno de los líderes de los Sooners (2016-19) y donde todavía practica en las instalaciones de la universidad.  

“El dinero alcanza muy bien allá (en Stillwater)”, se ríe Hovland. “No necesito mucho para ser feliz. No necesito mucho para vivir según mis posibilidades”. 

Entonces, si no es el dinero, ¿qué pensó Hovland que mejoraría su vida? Desde el comienzo de su carrera profesional, no dudó en responder esa pregunta, porque había un vacío evidente en su juego. Tuvo el coraje y la humildad de admitir que su juego corto estaba a kilómetros de donde debía estar para competir en los torneos más importantes con los jugadores más importantes. 

Para una medida de lo importante que fue esa declaración, Hovland la hizo después de ganar el Puerto Rico Open, en su 13º evento en el PGA TOUR. “Soy muy malo alrededor del green, definitivamente tengo que mejorar mi juego corto”.  

Sorpresivamente dijo eso luego de hacer rondas de 68-66-64-70 para 20-bajo par, pero él bien sabía que le había dado mucho material a las redes sociales con sus “papas” y malos tiros alrededor del green.  

Eso fue en febrero de 2020, en su temporada debut, en donde Hovland se destacó realmente, quedó 20º en la estadística de Golpes ganados de tee a green, pero cuando uno iba a la misma estadística, pero en el juego corto allí uno comprobaba lo que Hovland bien sabía: 168º golpes ganador alrededor del green, 148º en Scrambling y 115º en golpes ganados en putting.   

A los 23 años Hovland ya era un ganador en el PGA TOUR pero su madurez iba más lejos y contaba con una seguridad y una perspectiva que cuando uno lo miraba te invitaba a prestarle mucha atención.  

“Soy muy exigente conmigo mismo y a pesar de que tengo el juego para competir, nunca realmente lo creí”.  

No hay duda de que ya puede confiar en su juego después del gran final de temporada que tuvo. Suficientemente enfática fue su victoria a comienzos de junio, en el Memorial Tournament presented by Workday, en la casa de Jack Nicklaus. Ni hablar, luego de que el noruego cerró el BMW Championship con rondas de 69-68-65-61 para ganarle a Matt Fitzpatrick por dos, o luego en el TOUR Championship cuando firmó tarjetas de 68-64-66-63para quedarse con la FedExCup, por cinco golpes sobre Xander Schauffele.  

Luego de ganar la 17º edición de la FedExCup, Hovland habló acerca de cómo esta noticia impactaría en su Noruega natal. Viktor comentó que se había encontrado con el corredor, medallista de oro olímpico y campeón mundial de media distancia Jakob Ingebrigtsen (“tan interesante”) y con la estrella del LPGA Suzann Pettersen, dos veces ganador de majors (“Ella es la reina y siempre lo será”) y que si pudiera inspirar a sus compatriotas como lo hicieron Ingebrigtsen y Pettersen, sería un gran honor.  

“Tengo un gran respeto por ellos y estoy muy orgulloso de ser noruego”.  

Dado el constante avance que hizo Hovland en su juego corto desde que hizo ese comentario tan negativo en 2020, no hay que olvidarse que lo hizo con esa sonrisa tan característica que tiene, es muy probable que los noruegos lo pongan en un pedestal igual al de Ingebrigtsen y Pettersen.  

Si tomamos en cuenta lo números que más le importan a Hovland, podemos sacar conclusiones positivas y explicaciones a su gran final de temporada. Pasó del puesto 168º al 97º en SG Alrededor del green, en Scambling (hacer approach y 1 putt) saltó del 148º al 41º, mientras que en putting creció del 115º al 49º.  

Por más que todavía hay lugar para mejorar, Hovland sabe que dio varios pasos al frente.  

“Ahora creo en mí, sé que puedo hacer para salvarme cuando fallo un green”, dijo. Comparado con varios años atrás cuando Hovland tenía poca confianza en su juego corto, “creía que tenía que tirarles a todas las banderas para ganarle a tipos como Brooks Koepka o Rory McIlroy”.  

Dado que el TOUR Championship terminó el 27 de agosto, Hovland sabe que tiene varias semanas antes de sumarse a sus compañeros europeos para la Ryder Cup, lo que será un tiempo valioso para disfrutar sus logros. 

“Hubo un momento en donde no tenía todas las herramientas, pero creo que fui mejorando todo el tiempo, y fui progresando año tras año y con ello viene la confianza y creo que la confianza era la última pieza que faltaba”.   

Tomen nota que Hovland dice “la última pieza que faltaba”. Eso implica que él sabe que su juego desde el tee está sólido (5º en SG Tee a green), que su pegada es infalible (10º en esa categoría) y que su juego corto ha mejorado tanto que ya es un jugador con muy pocas debilidades.   

Noruega tiene en Hovland un gran motivo para festejar y sus compañeros del PGA TOUR tienen un desafío muy interesante por delante, cómo hacer para frenar a Viktor.