Planeta Golf
Sergio Mendonça: “Uno en la cancha, a lo largo de los 18 hoyos, en algún momento termina mostrando cómo es realmente en la vida”

Por Lautaro López
La pasión por el golf de Sergio Mendonça surgió hace 18 años, durante un evento laboral. Desde entonces, acumuló diversas experiencias a través del deporte. Visitó varios campos tanto de la Argentina como del exterior, donde jugó en México y Estados Unidos y alcanzó su mejor registro con 9 de hándicap.
A sus 54 años, Mendonça, Jefe de Ventas en un laboratorio, juega habitualmente una vez por semana. Actualmente cuenta con 13 de hándicap y es socio de La Providencia Golf Club.
-¿Desde cuándo juega y donde empezó?
-Desde 2004, comencé en una exhibición de golf en un evento laboral. Como me gustó, me quedé practicando solo con un canasto hasta que le pegué muy bien a una pelota y me enganché. Siempre fui autodidacta, recién tuve la posibilidad de tomar clases hace cuatro años y nuevamente ahora que tengo 54. De chico, cuando tenía seis o siete años, jugaba en un mini golf al que mis padres me llevaban en Mar del Plata.

-¿Qué fue lo que lo atrapó?
-El deporte me gustó siempre. Me terminó enganchando la adrenalina que genera el deporte más completo de todos, que combina la destreza, la estrategia y la etiqueta. En el golf es muy importante mantener la estética, la buena vestimenta, el comportamiento en la cancha y los valores.
-¿Cómo se reflejan los valores en el golf?
-El golf es uno de los deportes que más desnuda a la gente. Uno en la cancha, a lo largo de los 18 hoyos, en algún momento termina mostrando cómo es realmente en la vida. Sucede en todos los deportes, pero en el golf uno compite contra sí mismo, contra una cancha y contra otras personas, entonces tiene muchas variables desde lo técnico, lo físico y la naturaleza. Uno se encuentra solo en la vida frente a todo eso y es el único deporte que puede mostrar por completo a una persona.

-¿Cuáles fueron sus mejores resultados?
-Hice un score de 71 gross en el campo El Cantón, un country de zona norte. Fue uno de esos días en los que te salen todas y pude marcar varios birdies. Sin embargo, el hándicap siempre vuelve y en la siguiente ronda ya estaba arriba de los 85 de nuevo. Así es el golf, por eso es tan apasionante. Cuando llegué a 9 de hándicap iba mínimo una vez por semana al driving además de jugar todos los sábados y muchas veces también los domingos o feriados. El maestro Roberto De Vicenzo dijo una vez “cuanto más practico, más suerte tengo”.
-Para los interesados en el turismo y el golf, ¿cuáles campos recomendarías en la Argentina como impostergables?
-Chapelco es una cancha hermosa que se destaca por sus paisajes, Llao Llao es un clásico por su entorno, la nueva de Tandil me encanta y en Neuquén hay campos espectaculares como Los Canales Golf Club en Los Canales de Plottier, Arroyito Country Club y el club Comahue. También me gustan las canchas de la costa como Acantilados de Mar del Plata. Lo mejor de Chapelco es la diversidad de tamaño de los greens, el fairway y el estilo de las subidas y bajada de la cancha, que me tocó hacerlo caminando. Por su parte, la de Tandil es una cancha dificilísima con una lectura de greens muy complicada, con un terreno bastante duro y tiros hacia arriba. En cuanto a los campos de Neuquén, a Canales voy habitualmente porque tengo familia allá. Es una cancha diseñada por Jack Nicklaus que es bellísima, aunque muy exigente. A veces tiene más agua que tierra, pero muy linda y apasionante. Nunca puede hacer bajo par allá.

-¿Cuáles son sus dos campos de golf preferidos que asiste habitualmente?
-En mi Top 5 incluyo a Cañuelas, San Eliseo Country Golf, La Providencia, el Jockey Club San Isidro y Los Lagartos Country Cub. Las destaco por su diseño, el estado de la cancha y el tipo de pasto del green. En Cañuelas juego bastante seguido. Estéticamente el par 3 del hoyo 3 tiene un green que es una pequeña isla al cual se accede por un puente. Entonces, uno tiene una salida de 120 yardas repletas de agua con un green corto que es apasionante y estéticamente precioso. San Eliseo me encanta y la jugué muchos años. La Providencia también es de las mejores, aunque le falta mejorar algunas partes en los pasos de green de hoyo a hoyo y algún fairway.
-¿Long drive o approach?
-Si es un approach en el cual la pelota cae y se queda ahí, lo prefiero. Si es uno en el que llega la pelota de cualquier forma, no me gusta para nada. Elijo la sensibilidad del aprroach, el hecho de apuntar a un punto y que salga lo que uno planeó. El Long Drive tiene una parte fortuita basada en si el viento ayudó o no en ese momento. Lo máximo que alcancé, con viento a favor, fue 335, 340 yardas.

-¿Si tuviera que salir solo con tres palos cuáles serían?
-Sin contar el putter, optaría por un 52, hierro 6 y madera 3. Para sacarla de la arena normalmente uso un 60, pero en este caso llevaría un 52 porque puedo regular las muñecas y también lo puedo usar para un pitch, para tirar 130 yardas y también para un juego corto de 30 yardas. El hierro 6 lo elijo porque si quiero puedo pegar 140, mínimo, o 180/190 si hago un fullswing. En tanto, la madera 3 me permite usarla como un driver y tirar 230/240 yardas.
-¿Después del golf, se concurre al house siempre, a veces, casi nunca?
-Sí, el 90% de las veces. Mi menú preferido es Fernet con coca con alguna milanesa, ojo de bife o alguna tortilla. Si no hay nada de eso, empanadas de bondiola. Durante la ronda, uno podría llegar a apostar y jugar por algún queso y dulce o alguna comida.

-¿Cuál es el mejor campo de golf que conoció en su vida?
-El Camaleón Mayakoba Golf Course. Se destaca por la atención de la gente y el campo es una belleza. Además, jugué bien, así que todo resultó una experiencia buenísima. Fui a jugar solo y, de casualidad, las dos veces que fui a México en años distintos me tocó el mismo compañero de ronda. Es un chileno que viajaba por trabajo a México. La primera vez lo vi en Playacar y cuatro años más tarde en Mayakoba me tocó el mismo compañero. Otros campos que conocí en el exterior fueron en Estados Unidos, donde jugué en ocho canchas. Me encantó Doral en Miami, una de las de Trump. Otra que me gustó mucho fue una de Disney, pero hubo un par 4 que me hizo tirar seis pelotas al agua, así que mi score fue un desastre.
-¿Alguna vez estuvo cerca de un hoyo en uno?
-Hice un hoyo en uno en 2011, en la cancha de El Paraíso Country Club de Guernica. Tengo el diploma otorgado por la Asociación Argentina de Golf. Fue en décimo hoyo, un par 3, donde usé un hierro 8. La pelota picó en la loma de la izquierda y fue hacia el hoyo. Uno de mis compañeros de ronda me dijo “la metiste”, pero no le creía. Como el hoyo casi no se veía, no la había visto entrar. Finalmente, cuando llegamos no estaba. Fue un muy bien tiro, picó donde tenía que picar.

-¿Quiénes son los miembros más habituales en su línea?
-Mis compañeros de línea más habituales son Alejandro, Martín, Marcelo, Oscar, Roberto, Fernando y Renato.
-¿Cuál es su palo preferido?
-Estéticamente hablando, mi putter. Tengo un Scotty Cameron desde hace más de 10 años que está inmaculado. En cuanto al juego, elijo un hierro 6. Es un palo con el cual me siento seguro y puedo regular las distancias que quiero. Otro que disfruto usar por la destreza y porque me gusta pegarle es el driver.
-¿Qué es el golf para usted?
-Una pasión, un estilo de vida. El golf es especial porque brinda un manejo de la de la frustración como no hace ningún otro deporte, por lo solo que uno se siente al momento de la decisión y el hecho que la parte lúdica casi no debería tenerse en cuenta porque todo tendría que estar planificado para que salga como corresponde. En el golf todo depende de uno mientras que en los deportes grupales o incluso en el tenis, que es individual, pero se juega contra otro, si el contrario mete un tiro ganador no es responsabilidad tuya. En el golf todos los tiros son responsabilidad tuya.

-¿Cómo conformaría su foursome ideal de profesionales?
-Obviamente Tiger Woods porque marcó un antes y un después en el golf, Phil Mickelson, Justin Thomas y Jordan Spieth.
-¿Tiene una anécdota divertida relacionada con el golf que quiera compartir?
-Jugando en la cancha de Golf Club San Martín, la cancha en ese momento estaba hermosa, un fairway bien verde, la pelota bien blanca, en el medio, pegué un drive tan bueno que le había llegado relativamente cerca, sin ningún tipo de riesgo, a la línea que iba adelante. Vamos con mi línea caminando y cuando estamos llegando, a unas cien yardas de llegar a mi pelota, apareció un carancho que se paró al lado de la pelota, la miraba y nos miraba a nosotros. Mi amigo me decía “te la va a llevar”, pero yo le respondía que no. El carancho volvió a mirar la pelota y después a nosotros, que seguíamos avanzando y agarró la pelota. Empecé a correrlo, pero se llevó mi pelota ante la mirada de las dos líneas que miraban la situación muriéndose de risa. Fue muy cómico y la pelota nunca apareció. Convinimos entre las dos líneas, que ellos fueron testigos de lo sucedido, y me dejaron reponer una pelota en el lugar donde estaba la mía.

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