fbpx
Connect with us

Hola, ¿qué estás buscando?

Planeta GolfPlaneta Golf

Planeta Golf

Por qué el golf y el ajedrez tienen mucho de esotérico

Por Marcelo Barba

Por si no lo sabíamos, todos los humanos poseemos poderes que -hasta ahora- no sabemos cómo utilizar.

Se habló mucho y se escribió otro tanto también, sobre el increíble potencial del cerebro y de nuestra capacidad para saber cómo utilizarlo.

Algunos afirman que solamente sabemos (o podemos) utilizar un 10% de semejante “usina” de energía; dicen además que muy pocas personas en el mundo llegaron a superar ese porcentaje (Albert Einstein, por ejemplo).

Me interesó, sin embargo, conocer el mecanismo por el cual podríamos aumentar nuestra capacidad cerebral, es decir, como si se tratase de un músculo, qué cosas hacer para desarrollarlo y estimularlo mejor.

Descubrí que existen algunas actividades que podríamos calificarlas como ‘ejercicios’:

  1. Realizar actividades relacionadas directamente con el área cognitiva, por ejemplo: Ajedrez, acertijos, crucigramas, sudoku, encontrarle salidas a un laberinto, detección de errores en dibujos similares u otros.
  2. Establecer la rutina de realizar alguna lectura diaria; del periódico, de Internet, de un libro interesante.
  3. Establecer alguna actividad social que nos permita el intercambio de ideas y formas de ver las cosas.
  4. Aprender o estudiar nuevos idiomas, realizar nuevas actividades, desarrollar distintas habilidades.
  5. Realizar actividades artísticas o relacionadas con el arte (por ejemplo:pintura, escultura, cerámica, ikebana)

Estoy convencido o me falta poco para estarlo, que todos poseemos un 6to. Sentido. Para decirlo de otra manera, que tenemos la capacidad de ver el futuro, pero no siempre… ni cuando queramos…

Aunque la lectura de esto suene medio esotérica, sepamos que todos los humanos poseemos capacidades sensoriales ocultas que no sabemos administrar ni manejar a gusto, con lo cual, todo lo que ocurra en ese plano pasará más por la casualidad que por lo que nos propongamos… por lo menos, hasta que sepamos cómo ‘invocar’ esos poderes.

No sabremos, por ejemplo, si el número que soñamos o justo nos imaginamos al pasar por una casa de juegos, salió finalmente en la lotería por mera casualidad o porque nuestra mente lo ‘presagió’, del mismo modo que cuando por motivos intrascendentes perdimos el vuelo y minutos después nos enteramos que ‘nuestro’ avión se despistó…

Como casi todos los mortales, desconozco el “cómo”. Cómo se hace para concentrarse y lograr ese fugaz y virtual viaje al futuro, para aprovechar algún dato útil para nuestra conveniencia; también no sabría explicar “el cuándo” aparece esa visión que no esperábamos y nos da la señal o premonición que nos indicaría algo interesante…

Sin embargo, tengo la necesidad de transmitirles que, gracias al Golf (¡por fin apareció algo de Golf !), al alto nivel de concentración que nos exige, a la naturaleza que nos rodea cada vez que recorremos una cancha y a otros elementos energéticos (positivos) que ahora no sabría describir con precisión, mi mente logra ‘adelantarse’ un par de jugadas en el tiempo, no más que eso, pero me da la sensación de poder ‘ver’ el futuro inmediato y predecir alguna de las jugadas que realizaré.

Antes que dejen de leer la nota por demasiado fantasiosa o exageradamente ‘loca’, permítanme seguir unos renglones más para explicarlo de una forma más golfística, comparando esta disciplina con el ajedrez.

Para aquellos que siguieron leyendo, les agradezco y les cuento que todos podríamos jugar Golf y ser un poco ‘brujos’ con estas premoniciones a las que me refiero. De hecho, muchas veces lo somos y no lo advertimos conscientemente.

Creo que existe un mecanismo, inexacto y casual, por cierto, que se dispara justo cuando estamos analizando nuestra ejecución, es decir, cuando pensamos en el palo a utilizar, en la potencia a imprimirle al golpe, en la dirección donde le apuntamos, en el viento que nos sopla en la cara, en algún declive que eventualmente observamos y donde ‘suponemos’ podría rodar nuestra bola.

Todo golfista pasó por la fea sensación de saber -anticipadamente- que el tiro que estaba ejecutando terminaría en el agua o debajo de un impenetrable arbusto… ¿o me equivoco?

Quizás sea demasiado temerario, al pensar que en alguna medida los golfistas nos parecemos a los ajedrecistas, cuando antes de golpear o mover determinada pieza, imaginamos dos, tres y cuatro jugadas que vendrían o podrían sucederle a ese tiro.

Es interesante ahondar en este ejemplo del ajedrez, ya que, a pesar de haberse estudiado y analizado una cantidad casi infinita de posibles movimientos, nadie aún ha conseguido descubrir la fórmula exacta para evitar una mala movida ni perder una partida. Del mismo modo, no existe aún ningún profesional en el planeta que haya logrado hacer 36 golpes en un recorrido de 18 hoyos.

En efecto, en el ajedrez existe una descomunal exigencia de concentración -por lo menos en los grandes encuentros internacionales de campeones- que podría parecerse al Golf, en términos de ‘Análisis de movimientos’ vs. ‘Análisis de variables que inciden en el destino de una bola luego de impactarla’.

Tratemos de analizar y retener lo que sigue:

Por más que seamos golfistas y no lo percibamos conscientemente, en muy pocos segundos y tan rápido como una computadora, realizamos un análisis completo e integral del golpe que haremos:

  • Desde dónde lo haremos (Lie),
  • Hacia dónde dirigiremos la bola (Objetivo),
  • Qué variables climáticas influirán (viento, lluvia, niebla),
  • Qué panorama nos muestra el terreno (un árbol frente a nosotros, un amplio fairway, una hermosa laguna, un bunker…) en fin, todo para tomar una única decisión sobre
  • Qué palo utilizar y qué potencia imprimirle al golpe…  todo en segundos.

Nosotros, en lugar de analizar futuras jugadas sobre un damero, comenzamos por la visualización y el estudio del “Lie” donde reposa la pelota; esto ‘nos habla’ bastante claramente sobre el tipo de palo a utilizar; pero simultáneamente, también veremos si podemos apuntar directamente hacia el objetivo o imaginarnos su ubicación… Siguiendo con el análisis instantáneo, no perderemos de vista el desafío que se presenta delante nuestro, un lago, arena, tierra o un frondoso bosque… todo ello -repito- en cuestión de segundos.

Así como sopesamos sacrificar a nuestra dama en un partido de ajedrez, avizorando un mejor resultado final (el fin justifica los medios); en Golf, también calcularemos fríamente la posibilidad de declarar injugable a nuestra pelota, sumar la multa correspondiente y realizar nuestra próxima ejecución de una forma limpia y estratégica, asumiendo la perdida de golpes que ello implicará.

Como dije al principio, todos los humanos poseemos poderes. Todos inevitablemente podremos ver una fracción del futuro inmediato, aunque sólo sea excepcional y fugazmente. Todos los que logramos un estado de concentración especial en esta disciplina podremos imaginarnos (“ver”) qué nos esperará después del primer o décimo tiro… Hay que ejercitar la mente y dejar que afloren esos poderes… Por las dudas pido, para quienes no tengan paciencia, que no salten por la ventana sin antes verificar que efectivamente pueden volar.

Buen Golf para todos, con amigos y resultados mágicos…

Hasta la próxima.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

PODRÍA INTERESARTE

Planeta Golf

Planeta Golf

Planeta Golf

Suscríbete a nuestro newsletter

Recibe todas las novedades y contenido exclusivo.