
Paige Spiranac, de 29 año, inició su carrera en el golf en la Universidad de Arizona y en la Estatal de Chicago. Criada en Arizona y Colorado, con todo un entorno de deportistas, hoy tiene más de 3 millones de seguidores en Instagram.
Su padre jugó al fútbol universitario en los Pittsburgh Panthers, su madre fue bailarina de ballet y su tía la tenista profesional Bonnie Gadusek.
Apenas comenzó sus prácticas de golf, empezó a destacarse y llego a convertirse en una de las 20 mejores jugadoras junior del mundo.
En 2015, un éxito en el Campeonato Match Play de la Asociación Femenina de Golf de Colorado fue la que la eyectó a la popularidad y comenzó a multiplicar sus seguidores en las redes: “Eso fue lo que inició toda mi carrera. Pasé de tener 500 seguidores a tener 100.000 de la noche a la mañana. Mi vida cambió por completo en un abrir y cerrar de ojos”, contó Spiranac en Maxim.
En su última portada la revista Maxim la considero como “La Mujer más Sexy del Mundo”, al ser incluida en la lista Hot 100 de la publicación.
“¡Orgullosos de presentar la portada de la edición 2022, la mujer más sexy del mundo, y la primera atleta en ocupar el puesto número 1, Paige Spiranac”, publicó la revista en su cuenta oficial en Instagram!.
A través de su cuenta de Twitter, la golfista agradeció que la publicación la nombrase como “La mujer más sexy del mundo en 2022″. Incluso en Instagram comentó que no podía creer que la distinguiesen de esa forma: “¡Maxim me nombró la mujer viva más sexy de este año y estoy incrédula!”, escribió.

A Paige se la comparó con Anna Kournikova, aquella que sedujo en el WTA Tour sin haber ganado un título. Pero hay un abismo de distancia entre los méritos deportivos de una y otra.
La tenista rusa fue Nº 8 del ranking mundial, alcanzó las semifinales de Wimbledon, los cuartos de final de Australia y avanzó a la segunda semana en el US Open y Roland Garros. En cambio, Spiranac jamás tuvo chances reales de llegar al LPGA Tour, el máximo circuito de golf femenino, más allá de sus promisorias actuaciones en el golf universitario.
Si jugó algún torneo importante –el Omega Masters de Dubai en 2015, por caso-, fue gracias a la invitación de auspiciantes, que buscaron atraer al público con el magnetismo de su belleza. No le fue bien en aquella cita: las vueltas de 77 y 79 la dejaron fuera del corte. Volvieron a invitarla, pero su carrera deportiva se fue diluyendo luego, en paralelo con su imparable popularidad mediática.
No logró triunfar como profesional, pero igualmente es una celebridad en el golf, asociándose con numerosas empresas relacionadas a la disciplina.

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