
El inglés de 27 años gano su primer Major en una final llena de pasión y suspenso, donde hasta el último momento no se decidió el campeón. Matt Fitzpatrick, inglés de Sheffield, que hasta ahora no había celebrado ninguna victoria en el circuito americano se quedó con toda la gloria.
Este joven, que ya había ganado como amteur en el Country Club en Brookline, conquistó su primer grande como broche a un final trepidante, taquicárdico, en el que se impuso con un golpe de ventaja (-6) a los estadounidenses Scottie Scheffler y Will Zalatoris.
Fitzpatrick, un golfista con cara de niño y aparato dental, puede decir que en su triunfo hubo mucho corazón. Hace nueve años, en 2013, en este mismo campo había logrado el US Amateur. Entonces se alojó en la casa de una familia, los Fultons, con los que conservó la amistad. Hasta el punto de que ese mismo ha sido su hogar en estos días, la misma habitación a la que volvió este domingo con otro trofeo, siendo además el primer jugador no estadounidense con ese doblete en el Abierto americano y el único junto a Jack Nicklaus en celebrarlo en el mismo campo.
Ese 2013 era su hermano Alex quien hizo de caddie. Esta vez fue Billy Foster, un veterano que llevó la bolsa de palos de Seve Ballesteros, Tiger Woods, Sergio García, y Darren Clarke, entre otros, también fue su primer grande y termino emocionado besando la bandera roja del 18.
Fue una lucha hipnótica. Fitzpatrick con birdies en el 5 y en el 8 dejó claro que la lucha seria hasta el final. Zalatoris, su compañero de linea, había tropezado con bogeys en el 2 y el 3, mientras unos metros por delante Scheffler había desatado el huracán. El número uno del mundo estaba imparable con tres birdies en los cuatro primeros hoyos para escalar rápidamente. Sin embargo, dejó pasar ocasiones más sencillas, 5 y 8.
Frente a frente, Zalatoris y Fitzpatrick tuvieron una lucha golpe a golpe. Tan pronto adelantaba uno como el otro. En el 11, par tres, birdie del estadounidense y bogey del inglés. En el 13, un descomunal acierto desde 14 metros de Fitzpatrick. Empatados a falta de cinco hoyos, el éxito se medía en centímetros.

Hasta que en el 15 Zalatoris encadenó búnker y rough, y su rival acertó dos golpes de diferencia que gestionó con frialdad, incluida una salida de búnker en el 18 que valía medio título. Otra vez se quedó Zalatoris a las puertas del cielo: son ya seis posiciones entre los 10 mejores en un grande en nueve citas disputadas, tres veces segundo (en Masters, PGA y US Open). Su último golpe, que hubiera forzado el desempate, no logro su objetivo y la gloria fue para el inglés.
Fue ese el momento cuando el veterano caddie de Fitzpatrick, el también británico Billy Foster rompió a llorar, pero de alegría. Después de 40 años de carrera este fue su primer Grande.
«Bueno, normalmente la gente tiene un mono en la espalda, yo tenía un gorila. Es un alivio total. Esta noche, y la próxima semana, creo que tendré un hígado como una pelota de fútbol«, declaraba un alegre y emocionado Foster después de hacerse con la bandera del 18 de The Country Club.


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