
Oriundo de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Martín Di Mario tuvo un primer acercamiento al golf en su infancia y se volcó definitivamente por este deporte hace más de una década. Hoy, a los 49 años, juega dos veces por semana y es socio del club Universitario de su ciudad.
Di Mario, comerciante gastronómico, participa asiduamente del circuito El Cronista Open Golf, en el cual logró un segundo puesto en San Andrés en 2022, en la categoría 12 hasta 17.9 de hándicap.
-¿Desde cuándo juega al golf?
-Empecé a jugar seguido hace 12 años. Antes jugaba al rugby hasta que en 2011 me dediqué al golf. Siempre fui al club Universitario de Concepción del Uruguay, del cual soy socio, y practicaba algo de golf desde los 9 años porque en el club había golf y mi padre había comenzado a jugar.
-¿En algún momento tomó clases?
-Cuando empecé de grande. Creo que no me resultó tan difícil porque ya conocía la técnica desde mi infancia. A los 7 años de jugar regularmente alcancé mi mejor hándicap que fue 12. Actualmente, por lo general juego dos veces por semana y tengo 14 de hándicap.
-¿Participa en torneos?
-Cada vez que puedo, sí. En Buenos Aires participo del circuito El Cronista Open Golf y en Entre Ríos juego en los torneos de las ciudades cercanas a Concepción del Uruguay como Colón, Gualeguaychú, Villa Elisa y Concordia.
-¿Cuáles fueron sus mejores resultados?
-Por suerte gané bastantes veces. En El Cronista Open Golf mi mejor resultado fue un segundo puesto en el campo San Andrés en la primera fecha del año pasado. No conocía la cancha y tuve una muy buena ida. A la vuelta arranqué mal, pero luego hice cuatro pares consecutivos y acomodé la tarjeta. Después gané varios campeonatos de clubes vecinos. Uno de ellos fue la Copa Ñandubay en Gualeguaychú que fueron dos jornadas. En mis primeros años conseguí otros triunfos, aunque en categorías de hándicap más altos.

-Para los interesados en el turismo y el golf, ¿cuáles campos recomendarías en la Argentina como impostergables?
-El campo Potrerillo de Larreta en Córdoba es increíble. Me encantó todo, el entorno, el lugar y la dificulta de la cancha. Hay un par 3 junto a la posada que es muy lindo, tiene un obstáculo de agua y una vista impresionante. En ese hoyo me fue bien. En Buenos Aires, Highland Park fue el que más me gustó por la presentación de la cancha y el dibujo del campo.
-¿Cuáles son sus dos campos de golf preferidos a los que asiste habitualmente?
-La de Concepción del Uruguay es una linda cancha para conocer. Tiene nueve hoyos, par 71, con diseño de Emilio Serra, que creo que es el mismo que diseñó Highland. Es una cancha complicada por más que la conozcas. Principalmente por la cantidad de árboles y porque es muy cerrada. Otra cancha para visitar es la de Estudiantes de Paraná. Es un campo desafiante de 18 hoyos. También tiene arboleda, pero es más abierta, tiene agua y un hoyo que le llaman “el volcán” con un green elevado.
-¿Long drive o approach?
-No pego largo, así que approach. En realidad, creo que la diferencia entre un golfista profesional y un amateur es que el profesional juega al golf y nosotros le pegamos a la pelota. El fuerte de mi juego es alrededor del green, me gusta más el desafío del golpe de precisión. El antegreen lo juego con pitch o con los hierros.
-¿Si tuviera que salir solo con tres palos cuáles serían?
-Una madera 7, un pitch y un hierro 7. Son todos palos que me permiten ir por el medio, que no tienen tanta complejidad. Creo que con esos tres lo lograría. Para jugar un par 5, saldría con madera 7, con el cual calculo que haría dos golpes, y el tercero me quedaría un approach con el hierro 7 o el pitch. Depende cuán corredora esté la cancha, puedo aprovechar con el pitch. Con la madera 7 pegó unas 170 o 180 yardas mientras que con hierro 7 manejo una distancia de alrededor de 140 yardas.
-¿Cuál es el mejor campo de golf que conoció en su vida? ¿Que lo hace tan especial?
-Jugué en dos campos de México en Playa del Carmen y también en República Dominicana, pero creo que el mejor es el de Potrerillo de Larreta en Córdoba. En las canchas del exterior cambia el césped, los fairways tienen mucho movimiento y los greens son rapidísimos. Cuando viajo con mi familia, a veces aprovecho para jugar al golf.
-¿Alguna vez estuvo cerca de un hoyo en uno?
-Lo más cerca que estuve fue en Los Lagartos en una de las fechas del circuito El Cronista Open Golf del año pasado. Pegué un hierro 7, había viento en contra, y quedé a unos treinta centímetros. En el aire se veía que la línea iba bien, quedó tan cerca que pudo haber pegado en la bandera.
-¿Quiénes son los miembros más habituales en su línea?
-Con el que más juego es con Federico Negri. En Entre Ríos juego con mucha gente. Somos un grupo de veinte jugadores entre los cuales vamos variando.

-¿Cuál es su palo preferido?
-La madera 7. Es el palo con el cual me siento más confiado y la uso como segundo tiro. Antes mi preferido era el putter porque jugaba muy bien el putt.
-¿Qué es el golf para usted?
-Es un deporte súper adictivo que lo desafía a uno en lo personal todo el tiempo. Antes jugaba al rugby, pero una vez que empecé a jugar al golf no paré y solo practico este deporte. Me fanaticé rápido, enseguida me compré los palos y cada vez sumo más amigos al golf.
-¿Qué tiene el golf de especial que otros deportes no tengan?
-No hay nadie a quien echarle la culpa, la victoria o la derrota siempre es de uno. Hay un momento en que estos desafíos son importantes para la cabeza.
-¿Tiene una anécdota divertida relacionada con el golf que quiera compartir?
-Este año estaba jugando una de las fechas del circuito de El Cronista Open Golf en Highland y un zorro me robó la pelota. Lo había visto que estaba dando vueltas, pero me sorprendió porque no sabía que lo hacían. Fue en el segundo tiro del hoyo 18. Se acercó, agarró la pelota y desapareció.

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