
Muchas veces, en lugares inesperados se pude hallar una pasión hasta entonces desconocida. Siete años atrás, Marcelo Oteyza acompañó a un amigo a una clase de golf y descubrió un deporte que hoy representa una parte importante de su vida.
Oteyza, de 56 años, comparte el gusto por el golf tanto con su mujer como con sus amigos del club San Martín, del cual es socio. Actualmente cuenta con 13 de hándicap (su mejor registro fue 10) y juega tres veces por semana.
-¿Desde cuándo juega al golf?
-Comencé hace siete años, acompañé a un amigo que se aburría en sus clases. No conocía nada del deporte. Un día me dieron un hierro 8 e intenté pegar unas pelotas en el Driving. Poco tiempo después arranqué a tomar clases y aún hoy sigo tomando clases porque soy muy obsesivo con las cosas que hago.
-¿Cuáles fueron sus mejores resultados?
-Gané un torneo interno, salí segundo en una Copa del hotel Dos Reyes y gané algunos torneos del club en San Martín, donde juego habitualmente. En cuanto a rondas, mi mejor resultado fue 79 gross también en San Martín. Y el mejor score de nueve hoyos fue 0 gross en Highland, en los primeros nueve hoyos del campo. Aquella vez, no cambié mi estrategia de juego ni nada por el estilo, la diferencia fue que los golpes iban donde yo quería. No sólo llegaba al green en regulación, sino que además quedaba cerca de la bandera.
-Para los interesados en el turismo y el golf, ¿cuáles campos recomendarías en la Argentina como impostergables?
-Me gustan mucho los campos de Córdoba. Principalmente Estancia La Paz y Potrerillo de Larreta. De Estancia La Paz me gusta que, aunque esa zona de las sierras de Córdoba es bastante árida, la cancha tiene un verde flamante en el medio de todo lo árido. En algunos hoyos se nota muy claro. Creo que es una cancha desafiante, con mucho movimiento y está en excelentes condiciones. Potrerillo de Larreta me parece una cancha muy linda para disfrutarla desde el punto de vista del turismo.
-De las canchas ubicadas en destinos turísticos, ¿hay algún hoyo que destaque?
–Termas de Río Hondo Golf Club, en Santiago del Estero, tiene un par 3 en los segundos nueve hoyos que es complicado. Desde la salida es una distancia de 190 yardas y tiene agua. Entonces, no hay muchos lados por dónde fallar. A la izquierda del green se cae en un búnker, que fue donde caí casi todas las veces. Es muy difícil dejarla en el green por el tipo de palo que tenía que utilizar para recorrer esa distancia y porque no es demasiado grande. Después me encantaron algunos hoyos que tenían las salidas minadas de búnkeres. Algún par 4 que tenía un fairway anchísimo, pero repleto de búnkeres. Por lo tanto, había que pegarle con cierto nivel de estrategia para colocarla en el lugar libre de obstáculos pensado en el segundo tiro. Jugué hace poco esa cancha y me pareció divina.

-¿Cuáles son sus dos campos de golf preferidos a los que asiste habitualmente?
-Me encanta Los Lagartos y también gusta muchísimo La Providencia. Lagartos en general está espléndida y destaco principalmente la cancha de 9 hoyos llamada Del Agua, que tiene unos hoyos divinos y difíciles. Me gustan las canchas que siento que me desafían. De La Providencia el hoyo 2 me resultó interesante. Tiene agua a la izquierda, fuera de límite a la derecha y la sensación es que se te van achicando cada vez más las posibilidades de tiro. Lo que no me gusta de La Providencia es que en verano se sufre el calor porque no tiene árboles. En esa época prefiero las canchas más tradicionales como la de mi club San Martín.
-¿Long drive o approach?
-Para el Long drive, pese a estar en la media para mi hándicap, no compito. Para mí, los organizadores de los torneos tendrían que tener un Long drive por categoría. En mi club los que ganan el Long drive son siempre los mismos. En cambio, en approach puede competir cualquiera. He ganado varios. De los dos, a mí me gusta más lo que es la precisión, la sutileza. Sin embargo, tener un drive potente ayuda muchísimo, me encantaría tenerlo porque te cambia el juego. En un par 4, por ejemplo, si el segundo tiro lo pegás con un hierro 9, un pitch o un hierro 8 es distinto a hacerlo con un hierro 7 o un 6.
-Si tuviera que salir solo con tres palos, ¿cuáles serían?
-Sin dudas el hierro 7 porque es clave en mi juego, tengo muchos tiros con ese palo. También podría elegir el 56 ya que lo utilizo bastante para pegar alrededor del green porque me permite regular la distancia en un rango importante de yardas. Después, para mí el putter es irreemplazable, es un palo fundamental a la hora de definir. Jugar bien de tee a green está bárbaro, pero si no embocas arriba del green, se ve en la tarjeta.
-¿Cuál es el mejor campo de golf que conoció en su vida?
-De todo lo que jugué, Estancia La Paz de Córdoba. Me gusta más que Potrerillo. Sin embargo, con mi mujer, que también juega al golf, vamos bastante seguido a Potrerillo porque también es lindo el lugar. Todavía me falta conocer algunos campos de la Argentina, principalmente los del sur.

-¿Quiénes son los miembros más habituales en su línea?
-José, Quique y Fede, del club San Martín. Juego tanto con mi mujer como con amigos. Cuando llevaba un año jugando al golf, mi mujer también empezó a jugar. Al principio tímidamente y ahora es más fanática que yo. A veces jugamos juntos y otras no. Algún día del fin de semana juego con ella y otras parejas.
-¿Cuál es su palo preferido?
-El que más uso es el hierro 7. Una cancha estándar tiene cerca de diez par 4. Para el hándicap que tengo ahora, quedo bastante seguido en una distancia entre un hierro 8 y un 6 para mi segundo tiro y llegar al green. También lo uso en los par 3. Con un hierro 7 pego unas 150 yardas de aire aproximadamente. Hay muchos par 3 que están a una distancia entre 140 y 160 yardas, así que lo puedo utilizar con frecuencia.
-¿Qué es el golf para usted?
-Actualmente es una parte importante de mi vida. Los días que no juego, espero ansiosamente que llegue el día de hacerlo. De alguna forma también es competir “contra uno mismo”. También es un momento de desafío personal desde el punto de vista deportivo y una oportunidad de compartir una jornada con amigos. Yo me lo tomo en serio. Hay muchos que lo practican como una actividad más social que por el golf en sí. Para mí lo principal es el juego, más lo social. Cuando estoy en la cancha, juego de verdad. Después hay días que sale y otros que no.
-¿Qué tiene el golf de especial que otros deportes no tengan?
-De chico jugué al básquet y de joven al tenis. Hace poco hablábamos con un amigo sobre que el hándicap es uno de los últimos grandes inventos de la humanidad. Para mí es increíble que uno pueda salir a jugar con cualquier persona y que puedan competir, independientemente del hándicap que uno tenga. Por supuesto, a medida que uno va jugando un poco mejor, si juega con alguien de hándicap muy alto quizás no te divertís tanto, pero el golf permite salir a jugar. A mí me gustan en especial los deportes individuales más que los grupales, aunque cuando se juegan modalidades grupales como fourball también lo disfruto mucho. Me gusta el entorno y todo lo que es una cancha de golf. Después, otra de las cosas que me parecen increíbles del golf es poder jugar hasta muy avanzada edad. Como deporte es buenísimo.
-¿Tiene una anécdota divertida relacionada con el golf que quiera compartir?
-Una vez en el country Boca Ratón, creo que en un par 5, tenía un arroyo chico por delante de mi tiro, pero no jugaba para nada. Elegí la madera 3 y me salió una bola baja que pasó a cinco centímetros del agua. Al salir con poca altura le pegó a un pato, lo cual corrigió el trayecto de la pelota y me lo transformó en un excelente tiro. Un tiro que había sido horrible, terminó siendo un excelente golpe gracias al pato.

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