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Lorenzo Kolocsar: “Si salgo a jugar al golf con tres personas, después de los 18 hoyos te puedo decir cómo son comercialmente”

Lorenzo Kolocsar, comerciante de 66 años, es un apasionado del golf que juega varios torneos y forma parte de un grupo de amigos que todas las semanas visita un campo distinto para disfrutar del deporte.
Dueño de un espíritu deportivo, alternó varias disciplinas hasta que conoció al golf a los 45 años. Luego, Lorenzo le traspasó el amor por el golf a su hijo y suelen jugar juntos con frecuencia. Actualmente es socio de Golfers Country Club ubicado en la localidad de Pilar, provincia de Buenos Aires, y tiene 7 de hándicap.
-¿Desde cuándo juega y donde empezó?
-Comencé a jugar a los 45 años, por invitación de un conocido con quien jugaba al pádel y que es profesor de golf. Me insistió para que juegue y como mi hermano ya lo hacía de antes, me decidí a probar. Antes yo veía al golf como una actividad para cuando fuera más grande, pero estaba equivocado. Empecé como lo que se llama “jugador libre”, en cualquier cancha. El profesor con el que más aprendí Guillermo Atwel y a los 50 ya jugaba una cifra. Durante ocho o diez años estuve siempre en 3 o 4 de hándicap.

-¿Cómo jugador, cuáles fueron sus mejores resultados?
-Fueron en la época en que estaba más entrenado. En el campo de Martindale he hecho dos menos gross. Otra que recuerdo fue en Lagartos, donde conseguí una ronda de cuatro menos y también tuve una buena actuación de tres menos gross en Pingüinos. He tenido la suerte de ganar algunos viajes al exterior, pero el 70% de las veces son errores de los otros y un poco de mérito de uno de estar a la pelea. Lo importante es competir y participar. En el golf gana uno de cien, no es como el fútbol que compiten 22 y ganan 11.
-¿Cuáles son sus dos campos de golf preferidos que asiste habitualmente y por qué?
-Buenos Aires Golf, Potrerillos de Larreta y Chapelco. Principalmente por la calidad del campo y también por los lugares en los que están ubicados. Todos ellos se destacan por el entorno, tanto el paisaje como la arboleda son espectaculares.

-¿Long drive o approach?
-Desde un punto de vista de estrategia, prefiero el approach porque mi característica está más vinculada al juego corto, es la faceta en la que mejor me defiendo. Además, a mi edad ya no me da el físico para aspirar al Long Drive. Igual lo intento, pero eso es para los jóvenes.
-¿Si tuviera que salir solo con 3 palos cuáles serían?
-Una madera, un hierro 7 y el putter. El putt lo suelo practicar mucho, soy de los primeros en llegar al club cuando nos juntamos. Lo primero que hago al llegar a una cancha es ir al putting green. El putter es mi palo preferido, me siento más cómodo en el juego corto.
-¿Después del golf, se concurre al house siempre, a veces, casi nunca?
-Siempre al club house. En líneas generales es tomarse un momento para compartir el denominado hoyo 19. No tengo ningún menú preferido, me sumo a lo que surja con mis amigos. Puede ser alguna cerveza con un sándwich o, según el horario, almorzamos.

-¿Cuál es el mejor campo de golf que conoció en su vida?
-Del exterior me sorprendieron muchísimo Eagle Mountain Golf Club y el TPC Scottsdale, ambos de Arizona. Me gustan mucho las canchas que se ubican en el desierto. A las de esa zona fui tres veces con un grupo de amigos y cada vez que vamos jugamos en varias canchas distintas. En Costa Rica hay canchas espectaculares, con mi socio fuimos a uno que era hermoso. En el hoyo 2 había monos aulladores, en otro veías el mar, era un paraíso.
-¿Suele aprovechar para llevar los palos en viajes de negocios o vacaciones?
-Siempre. En cada lugar que visito, si puedo voy a algún campo a jugar. En Punta Cana conozco todos los mejores campos, también fui a México, Costa Rica, Panamá, Estados Unidos y España. Calculo que como mínimo debo conocer 250 canchas.
-¿Alguna vez estuvo cerca de un hacer un hoyo en uno?

-Una vez hice uno en el hoyo 11 de San Patricio. Eran 153 yardas y pegué con un hierro 9, en esa época le pegaba lejos todavía. Estaba jugando con un marino y me dijo: “si hago hoyo en uno no pago nada”. “Bueno”, le contesté. Y al final lo invité igual. Fue muy cómico. En el momento se veía que era un buen tiro, pero la verdad es que un hoyo en uno se debe más a una casualidad que a otra cosa. En mi grupo habitual, al que hace hoyo en uno todos los que están presentes ese día le dan dinero y él tiene que invitar a todos los doce matrimonios a comer a un restaurante. Son las cosas divertidas que te da el golf.
-¿Quiénes son los miembros más habituales en su línea?
-Formo parte de un grupo de entre doce y catorce que nos juntamos a jugar todos los miércoles y vamos cambiando de campo. A su vez, en mi club juego casi siempre con Antonio Fernández, Guillermo Pichiarini, Tristán y Ezequiel Belloquio y Luis Huber.
-¿Qué es el golf para usted?
-Es una forma de vida. Te hace mantenerte en forma, ser disciplinado, respetuoso del entorno, de los compañeros y las reglas. Hay que ser ordenado y uno es su propio juez. Si uno no cumple con una serie de normas, se está engañando a sí mismo. Si salgo a jugar al golf con tres personas, después de los 18 hoyos te puedo decir cómo son comercialmente.

-¿Practicó otros deportes?
-Hice ciclismo, jugué al tenis, pádel y ahora, el 90% de las veces juego al golf. Es especial porque podés jugar solo o con amigos, con alguien más joven o una persona muy mayor, con alguien que juega bien o con uno que no lo hace muy bien. Otros deportes no permiten eso porque esas diferencias los hacen aburridos.
-¿Qué profesionales admira?
-Para ver y admirar, Rory McIlroy tiene un swing hermoso, los sudafricanos son todos buenos. En cuanto a aptitud de juego, Tiger. También destaco a los españoles porque son unos maestros en el juego corto. Los campos en España son angostos, complicados, con muchas curvas, por lo cual, si uno no juega bien en el juego corto no tiene chances.
-¿Qué hace especial a un campo de golf?
-Si me dan a elegir un diseñador, lo prefiero a Arnold Palmer porque sabe armar la cancha según las dificultades. Somos aficionados y jugamos para divertirnos, competimos entre amigos. Si una cancha no la disfrutas porque te castiga, me parece cuestionable hasta qué punto eso puede ser positivo.

-¿Tiene una anécdota relacionada con el golf que quiera compartir?
-En líneas generales, lo mejor fue haber disfrutado muchísimo y hacerme amigos por salir a jugar solo y encontrar gente que hoy en día se volvieron compañeros con los que juego todas las semanas. Es lo mejor que me dio el golf. A mi hijo lo acerqué al golf hace tres años y hoy está fascinado. Él es marino, por lo cual está 60 días embarcado y luego tiene dos meses libres. Hace poco se fue a Nueva York unos días y cuando volvió nos fuimos los dos solos una semana a Córdoba a jugar al golf. Practicar un deporte con tu hijo tiene un plus, es muy divertido y ese tiempo juntos es muy valioso. En la cancha somos competitivos, el golf es un deporte sin tanta influencia del físico.

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