
La ONG, Haciendo Camino, realizará el jueves 30 de marzo la segunda edición del Torneo de Golf en la cancha azul del Jockey Club Golf de San Isidro (Buenos Aires, Argentina). La acreditación comenzara a las 10.30 hs. El objetivo de esta fecha es dar a conocer la enorme obra que hace esta organización no gubernamental en el norte argentino y a la vez recaudar fondo para sostener sus diversas acciones destinadas a combatir la desnutrición infantil de cientos de niños y niñas de comunidades vulnerables.
Como un dato muy valorado para los golfers, el querido Vicente “Chino” Fernández, ganador de más de 60 torneos profesionales alrededor del mundo brindara una clínica abierta a partir de las 11,15 hs.
Al finalizar la fecha se compartirá un cocktail donde se entregarán los premios a los ganadores del primero y segundo puesto. También se premiará el Mejor Approach del Hoyo 14 y el Long Drive del 8. Además, los golfistas participarán de sorteos por importantes premios.

La Directora General de la ONG, Catalina Hornos, resalta que este evento será una gran oportunidad para concientizar a nuevos públicos sobre la importancia de combatir la desnutrición infantil. “No podemos hablar del futuro, si no tenemos resuelto el presente, si no tenemos asegurado que los chicos tengan un plato de comida, que tengan un baño, que tengan agua potable”, afirma.
Los golfistas que quieran participar en el torneo pueden hacerlo de modo individual o bien adquirir una línea para homenajear a sus amigos, clientes o proveedores. También invitamos a las marcas que puedan ayudar a esta ONG, siendo sponsors de dicha fecha.

Queremos resaltar que Haciendo Camino se sostiene principalmente por donaciones de empresas nacionales e internacionales más padrinos individuales. Otra fuente de financiamiento es organizando eventos como esta fecha de golf o eventos de fin de año.
El Green Fee para participar es de $15.000 y la línea $55.000. Para inscribirse pueden contactarse con Angie Padilla, quien está a cargo de la organización del evento: 11-5141-6164 o bien al mail apadilla@haciendocamino.org.ar
Entrevista a Catalina Hornos
Desde 2006, Haciendo Camino trabaja para mejorar la calidad de vida de niños, niñas y familias en situación de vulnerabilidad del Norte argentino. A partir del Programa de Desarrollo Infantil en Familia, la organización brinda tratamiento integral a estos pequeños de 0 a 5 años, con el fin de asegurar su correcto desarrollo cognitivo, socioemocional y físico. Con la ayuda de un equipo interdisciplinario conformado por pediatras, nutricionistas, estimuladoras tempranas, trabajadores sociales, profesoras de oficios, educadores sanitarios y maestras jardineras, se brinda tratamiento, atención y contención a madres e hijos.

Haciendo Camino fue fundada en 2006 por Catalina Hornos. A los 21 años, en la etapa final de su cursada en la carrera de Psicopedagogía, Catalina realizó invitada por una amiga un viaje de voluntariado a Añatuya, un pueblo rural en Santiago del Estero, que le cambió la vida. En esa experiencia conoció de cerca la realidad de la pobreza y encontró su vocación.
Ese mismo año decidió crear Haciendo Camino, una organización sin fines de lucro dedicada a mejorar la calidad de vida de niños, niñas y familias en situación de vulnerabilidad social en las provincias de Santiago del Estero y Chaco donde cuentan con doce centros de desarrollo infantil y fortalecimiento familiar. En un mano a mano con Planeta Golf, Catalina brindo un contexto más amplio del propósito de la Fundación.

-¿Qué fue lo que le impactó en aquel viaje para iniciar una fundación?
-Fue tomar conciencia de todo lo que había tenido, tanto la educación que había recibido como las oportunidades a las que había tenido acceso. Entendí que había otros que no las tenían, ni siquiera un acceso a lo más básico como es el agua potable, la salud y una educación de calidad. Sentí que no me merecía lo que había tenido si no podía luchar para que otros lo tengan y que podía transformarme en un puente desde la realidad de la que yo venía con aquella otra que estaba conociendo.
-¿Representó un choque de realidad?
-Creo que sí porque no tomamos conciencia de ese aislamiento en el que vive la gente, las distancias. Sin ir más lejos, viviendo ahí tuve un accidente en moto y tuve que ir a un hospital donde no hay un médico, tienen que llamarlo, la radiografía no está incluida y uno tiene que comprarse la venda. Son cosas que damos por sentado. Acá en Buenos Aires, considero que la pobreza urbana tiene un acceso distinto a la rural que está tan aislada. El aislamiento mismo los hace no tener a su alcance derechos que deberían estar garantizado.

-¿Esa situación genera un círculo vicioso?
-Nosotros buscamos cortar ese círculo donde el chico desnutrido tenga un mal desempeño en la escuela o la abandone. Si no tiene un buen nivel de educación, se ve en la necesidad de trabajar desde chico, pero consigue un empleo mal pago porque no tiene una formación y eso da origen a una nueva familia con bajos ingresos, desnutrición y necesidades básicas insatisfechas. Ese círculo se repite si no se lo interrumpe logrando que haya una generación que se forme bien y tenga acceso a una buena alimentación y educación.
-¿Cuántas familias ayudaron?
-En todos estos años hemos acompañado a 22 mil familias. Empezamos con un proyecto chico en Añatuya y hoy tenemos doce centros. También acompañamos a otras quince localidades así que son 27 en total, algunas más rurales y otras más urbanas. Buscamos seguir creciendo consiguiendo más padrinos y donantes nos permitan llegar a más chicos.

-¿De qué manera se puede colaborar?
-Todos nuestros programas funcionan con un sistema de padrinazgo, con personas que ponen una suma de dinero fija por mes. Hoy el tratamiento integral y acompañamiento familiar de un chico cuesta cinco mil pesos por mes, pero hay gente que dona desde 900 pesos mensuales y aporta a esa atención que recibe el niño. Lo que nos importa es que esa suma sea fija para cubrir los tratamientos e incluir nuevos chicos.
-¿También se necesitan voluntarios en el terreno?
-Sí, tenemos dos tipos de participación. Hay gente que decide tomarse unos meses o un año para irse a vivir a uno de los centros y entregar un poco de su tiempo y su vocación. Por otro lado, hay personas que realizan viajes de voluntariado y acompañan proyectos concretos. En cuanto a las empresas, en general aportan económicamente para el equipamiento o la construcción de un centro o para la compra de un vehículo. Son aportes concretos separados de los tratamientos mensuales, aunque algunas también aportan a ellos.
Más información en
www.haciendocamino.org.ar
INSTAGRAM: @haciendocamino
FACEBOOK: https://www.facebook.com/haciendocaminoorgar/
@haciendocaminoorgar
TWITTER: @haciendo_camino

Deja un comentario