
Por Marcelo H Barba
Llegados al green nos propusimos hablar sobre algunas ideas, no ortodoxas, ya que sobre este lugar valdrá más nuestra creatividad, suspicacia y alguna experiencia previa.
Le habíamos dedicado un par de ideas a la potencia del putt, tratando de inducir, a través de una imagen, que nuestro putter acumulaba energía al trasladarse sobre un ‘potenciómetro’ imaginario, como una de las tantas formas de autoayuda.
Ahora, intentaremos dilucidar algún que otro ‘secretito’ que hace a la identificación de las pendientes y a las lecturas de las particularidades del terreno que dicha zona nos propone.

Lo primero que me enseñaron y quisiera compartir con los lectores, fue la observación que deberíamos hacer del green a la distancia, es decir, cuando nos encontrábamos caminando hacia él, sea porque la pelota ya descansa en su superficie o, desafortunadamente había quedado en otro lugar cercano y no tan bueno. De cualquier manera, el objetivo de ‘mirarlo’ desde una distancia más panorámica, era tratar de incorporar el entorno completo.
Observar en dicho ejercicio, si se trataba de una superficie elevada respecto del fairway, si a su alrededor pasaba algún camino de agua o laguna; o si por casualidad (esto es raro) el green se encontraba como hundido o empotrado en alguna depresión del terreno. De todas formas, era una mirada ‘rapidita’ y al pasar, ya que no se le podría dedicar mucho tiempo a este análisis.

En todo caso se tomaría esa sutil información como una pauta más en la recolección de señales geográficas, que de alguna u otra forma, incidirán luego en las caídas naturales del terreno que más me importaba conquistar. Por ejemplo, cuando el green está situado al lado de una laguna o arrollo; eso debería indicarnos una caída natural del terreno hacia el lago, o adonde naturalmente ‘descarga’ el agua acumulada.
En otras canchas existe la particularidad de encontrarnos con hoyos paralelos entre sí, donde el final de un hoyo (su green) prácticamente coincide con el comienzo del hoyo siguiente (tee de salida), aunque estos puntos estuvieran distanciados, es recomendable aprovechar esta situación para observar desde el tee de salida del 1 (por Ej.), cómo está plantado el próximo green vecino (del 2, por Ej.). Esto es un dato a considerar para cuando nos toque jugarlo.

Otro elemento que nos puede dar información adicional (todo suma…) es una breve caminata entre nuestra pelota y la bandera. Si somos ‘sensibles’ a lo que nos transmiten nuestros pies, sentiremos las ondulaciones o pendientes del piso por donde nos desplazamos, sobre todo cuando la pelota quedó lejos del hoyo. Los pies podrían indicarnos ciertos quiebres o declives del terreno. Pero eso no es todo…
Recomendaré (luego de comprobar su eficacia en mi pobre experiencia) algo obvio pero sano. Comiencen a silenciar o interrumpir sus conversaciones y concéntrense en todo lo que observamos y podemos analizar, hagamos de cuenta que, desde que subimos al green hasta que finalmente embocamos la pelota, somos sordos, estamos solos y nos quedamos mudos…

No nos apuremos a ejecutar primero. Es una regla de cortesía que respetemos los turnos según las distancias en la que quedaron nuestras pelotas respecto del hoyo. Pero más allá de eso, aprovechemos y miremos lo que hace el resto de los acompañantes de nuestra línea, analicemos la potencia y dirección que le imprimen a sus tiros; es quizá la mejor información que podremos obtener para cuando nos toque nuestro turno. Es ahí donde corregiremos algunas lecturas y sensaciones de velocidad y caída.
Hay tres elementos más que sugiero no olvidar:
- No quedarse corto del hoyo, ya que si no llega… no entra;
- Ante un putt largo con dudas sobre su caída, ejecutar un tiro firme al medio del hoyo, y
- Para los putts cortos (de menos de 50 cm.), no existen caídas si ejecutamos firme y al medio del agujero, eso no falla.

Obviamente que entrará en juego la pendiente, es decir, un análisis de la ejecución en bajada o en subida hacia el hoyo, en cuyo caso, valdrá más que nunca la precisión en la puntería, que debería ser al medio del hoyo y sin abandonar el golpe.
Existen análisis más profundos que hacen los Profesionales, cuando enfrentan greenes de velocidades de torneos (para ellos eso es normal); se detienen a analizar el corte del pasto de la zona, si el pelo del pasto quedó aplastado, húmedo, u orientado hacia uno u otro lado; pero créanme que se trata de una sutileza tal, que probablemente nosotros no detectemos en los greenes que jugamos ni en toda nuestra trayectoria…

A veces, observar la línea entre la pelota y el hoyo, desde arriba o abajo del mismo respecto de nuestra posición, podrá darnos una corrección adicional a una primera lectura, aunque quizá lo más interesante sea analizar la línea ‘pelota-hoyo’ desde los costados, para obtener una idea clara de la velocidad que deberemos darle a la misma al bajar o subir la pendiente que enfrentamos.
Consideremos que:
- Cuando juguemos muy temprano por la mañana, una de las pocas cosas buenas que descubriremos mientras se nos va el sueño, es el rocío que normalmente queda sobre el green. Si, además, somos la segunda línea en salir al campo, mejor aún, pues nos encontraremos con las líneas de rodada de cada uno de los putts que hicieron nuestros predecesores…

Observaremos unos sutiles hilos parecidos a telarañas, que dejaron los recorridos de las pelotas en su camino hacia el hoyo. Si les prestamos atención obtendremos muy buena información de las caídas.
- Noten que muchos golfistas por lo general, cuando practican putting en la zona de práctica, lo hacen con una o, a lo sumo, dos pelotas y así recorren cada uno de los hoyos que conforman el lugar.
- Lo ideal, según lo que oportunamente aprendí y me animo a recomendar, es la práctica del reloj. Sería hacerlo con un mínimo de 4 pelotas formando una corona alrededor del hoyo, colocándolas de forma equidistante a más de 1 metro y en círculo (como si fuese un reloj que marca las 12, las 15, las 18 y las 21 horas); de esa forma no sólo tomaremos las sensaciones de velocidad, sino que practicaremos las distintas caídas que se nos presentan, caídas que nos harán girar, quedar de espaldas al sol, jugar con sombras, con pendientes hacia arriba, abajo, a la derecha y a la izquierda; verán que es más ventajoso para las sensaciones que vamos a buscar en la práctica.

Además, recordemos estas otras 6 recomendaciones:
- Observar al green y su entorno desde afuera, aprovechar cuando estamos llegando.
- Caminar sobre el green y recibir señales del terreno con nuestros pies, caídas, quebradas, etc.
- Mirar el resultado de los Putts que ejecutan los jugadores que nos acompañan.
- Poner silencio y atención a todo lo que sucede sobre el green.
- Ante dudas en las caídas… ejecutar firme y al medio del hoyo (y no quedarnos nunca ‘cortos’…)
- Practicar la rutina del ‘reloj’ sobre la zona del putting-green.
Hasta la próxima..!
2 respuestas a “El green y algunas ideas”
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me resultan muy oportunos y los agradezco, respecto de las pelotas en las prácticas el problema es que a veces hay más de un jugador y todos quieren dar la vuelta, por es dos al menos en mi experiencia, seguramente es válido, pero si uno está solo o hay un jugador como mucho. Otros no marcan la pelota o a veces la marca es igual o similar y por ahí se da un momento incomodo, lo demás gracias. Siempre es bueno incorporar conceptos.
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Hola Horacio..!! muy claro lo que nos indicas. Es verdad que a cierta hora del día el Putting green se pone muy concurrido, pero coincide conmigo que antes o después podrías tener alguna posibilidad de practicarlo (depende también del tamaño que algunos campos de Golf le otorgan a esas zonas). De cualquier manera es una práctica (la del reloj) que puede resultar incómoda y lenta si se pretende hacerlo en soledad. En estos casos sugiero que se practique sólo con dos pelotas, pero opuestas entre sí en una línea recta; eso ofrecerá una “visión” más real de las caídas que eventualmente observemos de uno y otro lado.
Gracias por tu participación y lectura. Te esperamos en las próximas notas donde también nos referiremos al green.
Saludos cordiales..!!
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2 Comments
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me resultan muy oportunos y los agradezco, respecto de las pelotas en las prácticas el problema es que a veces hay más de un jugador y todos quieren dar la vuelta, por es dos al menos en mi experiencia, seguramente es válido, pero si uno está solo o hay un jugador como mucho. Otros no marcan la pelota o a veces la marca es igual o similar y por ahí se da un momento incomodo, lo demás gracias. Siempre es bueno incorporar conceptos.
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Hola Horacio..!! muy claro lo que nos indicas. Es verdad que a cierta hora del día el Putting green se pone muy concurrido, pero coincide conmigo que antes o después podrías tener alguna posibilidad de practicarlo (depende también del tamaño que algunos campos de Golf le otorgan a esas zonas). De cualquier manera es una práctica (la del reloj) que puede resultar incómoda y lenta si se pretende hacerlo en soledad. En estos casos sugiero que se practique sólo con dos pelotas, pero opuestas entre sí en una línea recta; eso ofrecerá una “visión” más real de las caídas que eventualmente observemos de uno y otro lado.
Gracias por tu participación y lectura. Te esperamos en las próximas notas donde también nos referiremos al green.
Saludos cordiales..!!
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