Cuando Tiger Woods rompió en llanto luego de ganar al Abierto Británico en el Royal Liverpool

Tiger Woods es baja de cara a este British Open. Era casi imposible que llegara y probablemente ya no reaparezca hasta el año que viene. Tiger ha jugado sólo dos torneos este curso: el Genesis Invitational, en febrero, y el Masters de Augusta, donde pasó el corte, pero se tuvo que retirar antes de la tercera ronda por culpa de una fascitis plantar que no superaba.

El golfista californiano no podrá, por tanto, regresar a Royal Liverpool, el campo donde se vio al Tiger más humano tras ganar su undécimo grande en 2006. Woods tenía entonces 30 años y era una estrella de tal calibre que se había convertido en un deportista inaccesible al estilo de Michael Jordan. Estaba tan acostumbrado a ganar que no había tanta diferencia entre un grande o un torneo regular del PGA Tour.

El Abierto Británico de 2006 fue especial para Tiger Woods, ya que significó su regreso triunfal a la competición después de sufrir la pérdida de su padre, Earl Woods, dos meses antes. El fallecimiento de su mentor y figura paterna afectó profundamente a Tiger, y muchos se preguntaban cómo respondería en el campo de golf. Cuando Woods dio su último golpe, las lágrimas brotaron y descendieron por las mejillas. Lloraba su pérdida frente al mundo.

Aquel British lo dominó Tiger prácticamente desde el principio. Sergio García, Chris Di Marco y Ernie Els salieron a un golpe del Tigre el domingo, pero sólo Di Marco le aguantó el pulso y finalizó a dos. Resulta curioso -y es algo a comparar cuando acabe esta edición-, pero el caso es que Woods ganó usando sólo una vez el driver. Siempre salió con hierro 2 y madera 3.

Desde el primer día del torneo, Tiger dejó claro que estaba listo para competir al más alto nivel. Su juego implacable y su enfoque inquebrantable demostraron que, a pesar de su pérdida, seguía siendo un contendiente formidable.

El Royal Liverpool Golf Club presentó desafíos únicos para los jugadores, con fairways estrechos y roughs densos. Sin embargo, Woods mostró su maestría en la estrategia y el control de la pelota desde el tee, lo que le permitió mantenerse en el fairway y evitar problemas en el rough. Su precisión en el juego corto también fue excepcional, lo que le permitió sortear los bunkers y aproximarse al green con confianza.

Además, su habilidad para leer los greens y realizar putts cruciales fue determinante en su éxito. Tiger mostró una gran calma bajo presión y convirtió putts clave en momentos cruciales del torneo.

En el último día, Tiger enfrentó una competencia desafiante de Ernie Els, quien buscaba arrebatarle el título. Sin embargo, Woods mantuvo la calma y respondió a cada desafío con tiros precisos y putts cruciales. Su habilidad para elevar su nivel de juego en los momentos más importantes fue lo que lo diferenció de sus competidores y lo llevó a la victoria.

La victoria de Tiger Woods en el Abierto Británico de 2006 en Royal Liverpool dejó un legado duradero en el mundo del golf. Fue una muestra de su fortaleza mental, su destreza técnica y su habilidad para sobreponerse a la adversidad.

Este triunfo marcó la undécima victoria de Tiger en un torneo major y lo acercó aún más a los récords históricos de Jack Nicklaus. Además, fue su primer major después del fallecimiento de su padre, lo que le otorgó un significado especial y emotivo.

El golfista, explicó después: “Supongo que soy una persona que reprime ciertas cosas y sigue adelante tratando de llevarlo a su manera. Pero en ese momento las emociones afloraron a raudales por todo lo que mi padre ha significado para mí en el golf. Ojalá pudiera haberme visto una vez más”.