
Por Arq. Darío Albornoz Bertón
La vivienda concebida como el sueño de un espacio amplio y multifuncional para el desarrollo de la familia y la crianza de los hijos, con el correr de los años se transforma en un sin fin de habitaciones en desuso y, en muchos casos, en un lugar poco funcional e incómodo por sus altos costos de mantenimiento y dificultades de habitabilidad.
Achicarse es la conclusión a la que llegan muchas de las parejas que se encuentran en esta situación surgiendo interrogantes como: ¿A dónde conviene mudarse? ¿Qué tipo de vivienda es la mejor para esta nueva etapa? ¿Casa de menos m2 o departamento tipo casa?
Al momento de dejar la vivienda actual, irse del country no es una opción a considerar dado que la seguridad, los amenities y el espacio verde son aspectos fundamentales a conservar en el día a día. Las viviendas de pocos m2 y en un único nivel toman protagonismo en este segmento siendo no solo más accesibles en cuanto al precio sino más funcionales por carecer de escaleras y espacios residuales.
Es ahí donde se abren tres posibles caminos: en primer lugar, mudarse a un departamento dentro del mismo barrio (los famosos dormis) que empiezan a abundar y a ser un must en todos los barrios. En segundo lugar, adquirir una vivienda a refaccionar posibles de adquirir a precios accesibles dando como resultado una vivienda nueva en un corto lapso de tiempo. Por último, construir una vivienda de cero personalizada y con todas las comodidades.

Un caso específico.
Mario de 65 años ha disfrutado toda su vida de jugar al golf en diferentes campos de Buenos Aires (Argentina). El junto a su esposa vivieron toda su vida en un departamento en Palermo (Ciudad de Buenos Aires) y visitaban frecuentemente su vivienda de fin de semana adquirida dentro de un reconocido country de zona oeste en los años 90. Producto del confinamiento obligatorio post COVID-19 esa antigua casa de fin de semana se convirtió en su vivienda permanente.
Durante muchos años, esta vivienda les brindó alegrías y cumplió muchas funciones: la crianza de sus hijos y nietos, almuerzos y reuniones familiares, un espacio de desconexión vinculado con la naturaleza, encuentros con amigos y, principalmente, un lugar donde pasar largas jornadas jugando al golf.
Él ha sido recientemente operado de la cadera hecho que lo obligó a tomar una importante decisión frente a su vivienda. Luego de su intervención, la casa dejó de ajustarse a sus necesidades y comenzó a ser un problema. Un sin fin de escaleras y desniveles, que comenzaban en el acceso y se multiplicaban por todo el interior de la casa, sumado a tener los dormitorios en planta alta comenzaron a ser de gran incomodidad.

Cuando la reforma es una solución para el presente, pero un problema para el futuro
Convocados por uno de sus familiares, fuimos de visita a la vivienda para evaluar las posibilidades de adaptarla a las nuevas necesidades. La tarea era compleja y el desafío aún mayor ya que se sumaba otra situación: ¡la rara distribución de los espacios! El living y el comedor no se encontraban integrados quedando la cocina y el sector de comer separados, la toilette era incómoda y ubicada lejos de las áreas de mayor uso. Todo separado por escaleras y desniveles.
A esto se le sumaba tener la oficina y las habitaciones en planta alta lo cual generaba un esfuerzo y dificultad de movilidad y accesibilidad.
Pasamos un largo rato pensando en posibilidades y evaluando cuál sería el mejor camino. Hubo muchas propuestas: desde la posibilidad de agregar un ascensor hasta realizar una reforma integral de la planta baja. Esta última con el objetivo de eliminar todos los desniveles y agregar una suite con baño y vestidor privados.
Todas resultaban en generar una vivienda nueva y, aun así, no estábamos seguros de que sea una solución 100% eficaz ya que es importante tener en cuenta todas las variables, las presentes y las futuras. Por un lado, colocar un ascensor era antieconómico y generaba un agregado extraño complicando las circulaciones originales y desmejorando los espacios. Por otro lado, realizar una reforma integral en planta baja resultaba ser un costo elevado.

Nos pareció de vital importancia transmitir a los familiares que la reforma era una solución temporal e iba a generar un problema futuro: la desvalorización de la vivienda como producto inmobiliario. Agregar el ascensor resultaba en una circulación interna extraña y poco funcional mientras que la nueva configuración de la planta baja les quitaba relevancia y uso a los dormitorios de planta alta. Además, teníamos que eliminar el quincho con parrilla, un espacio fundamental y de gran uso en la vivienda, pero único para colocar la nueva suite.
Entendiendo las problemáticas y preferencias de los propietarios, sumado al costo económico a afrontar y la posible desventaja en una futura venta, llegamos a la conclusión que había que desarrollar una vivienda nueva.
Casas de una sola planta: diseños que tienen mucho para dar

Establecer una estructura de funcionamiento interna bien organizada y con lo suficiente para cumplir los requerimientos y necesidades de los propietarios fue el objetivo principal de la vivienda. Es así, como optamos por desarrollar una vivienda 100% en una única planta teniendo en cuenta aspectos que consideramos saludables como: la accesibilidad, eficiencia energética, confort térmico, iluminación natural, ventilación y calidad del aire interno, y contacto con la naturaleza.
Nos pidieron mantener los espacios que tenían en su vivienda anterior para mantener el espíritu interno de la vivienda que tantos años habían habitado: el jardín de invierno, la galería con parrilla, el parque con pileta y un pequeño cuarto de herramientas de carpintería. Planteamos una casa práctica y funcional con una estética que se integre y permita disfrutar del entorno.
Tener una vivienda moderna fue siempre el sueño de los propietarios. Por eso, optamos por el hormigón visto tanto para la estructura como para los cerramientos. Este es un material que tiene un buen envejecimiento, resiste la intemperie y principalmente requiere poco mantenimiento. Este dialoga con la madera presente en su fachada exterior en un formato de lamas verticales y en su interior tanto en revestimientos como mobiliario recorriendo toda la vivienda y creando un mix de luces y sombras, otorgando calidad y privacidad a todos los espacios.

El hecho proyectar la vivienda en un terreno amplio y ancho nos permite potenciar la horizontalidad de la misma y que esta se funda con el entorno. Decidimos entonces, generar una fachada de acceso más resguarda ubicando los servicios en contraposición a una completamente permeable y abierta volcando todos los ambientes principales al jardín.
El layout de la vivienda se pensó intencionalmente para dividir los espacios según sus funciones y usos. Esto fue logrado a través de incorporar un patio interno, que se conecta con el acceso principal aportando iluminación, ventilación y siendo, a su vez, el jardín de invierno que los propietarios solicitaban. Este es un elemento que siempre nos parece interesante proponer y es fácil de incorporar en viviendas de este tipo. De esta manera las áreas privadas y públicas quedan bien separadas logrando independencia y privacidad al mismo tiempo.
Lo más importante al proyectar una vivienda es tener en consideración las necesidades presentes y futuras. Hay que cuestionarse si a la larga una vivienda será funcional para el propósito de la vida, comodidad y disfrute del hogar.

Para poder lograrlo, consideramos de vital importancia definir las pautas y el abordaje del proyecto ya que entendemos que hay tantos posibles diseños como personas y, por ende, nos enfocamos en personalizar al máximo cada uno de ellos.

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