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BMW PGA Championship: en una última jugada el irlandés, Shane Lowry se queda con el triunfo. Enorme día para Jon Rahm que quedó a un punto.

El irlandés, Shane Lowry, número 23 del ranking mundial, con birdie en el último golpe, se llevó el BMW PGA Championship en Wentworth con -17, aventajando por un punto a su amigo el Norirlandés Rory McIlroy y al español –de excelente jornada- Jon Rahm: ambos con -16. En tercer lugar, quedo el talentoso jugador de LIV Golf, Talor Gooch, número 46 del ranking mundial, que termino con – 15 con un águila en el último hoyo.
Shane Lowry estuvo libre de bogeys en los 54 hoyos jugados, su último 65 superó a Rahm por un tiro. Rory McIlroy, necesitaba un eagle en el par 5, hoyo 18 para empatar a Lowry y obligar los play off, tiró un putt de 30 centímetros e increíblemente se quedó corto.
Jon Rahm tuvo un excelente juego, en su última jornada con ocho birdies y un eagle en los 10 hoyos finales. Al corpulento español se lo vio disfrutar cada minuto. “Definitivamente fue una ronda de golf divertida: sostuvo Rahm. Mi reacción en el 18 [donde celebró con una exhibición salvaje de golpes de puño] fue más por el hecho de que incluso con un bogey, llegué y perseveré hasta el final”.
Shane Lowry, que no falló en los tres días de competencia, se anotó un -7 también imponente. Arrancó con eagle en el hoyo cuatro y terminaba la ida con -4, el ganador del British Open de 2019 ya era candidato claro. Dos nuevos birdies, al 10 y al 12, empataron el resultado de Rahm. La jugada clave fue en el último hoyo. Se dejó algo más de cinco metros para eagle y falló, pero el birdie y el título estaban dados.
“La victoria de Shane suaviza el golpe”, admitió McIlroy. “Si hubiera sido otra persona, no estaría tan cómodo como ahora. Ver a un amigo ganar siempre es genial. Estoy muy feliz por él. Ha estado al borde de ganar este año todo el tiempo. Los dos que me vienen a la mente son el Honda Classic y el RBC Heritage en Hilton Head”.
“Sé que siempre ha jugado bien aquí. Es un evento que sé que le encanta haber ganado. Ha sido más consistente este año que nunca, lo que es un buen augurio para el futuro y la Copa Ryder el próximo año”.

En cuanto a su propio juego, McIlroy se apresuró a admitir que no tenía sus “mejores sensaciones”. En un año en el que se ha convertido en el hombre a batir casi cada vez que juega, esta fue otra decepción. Pero, aun así, no podría haber estado más cerca de llegar a 17 bajo par y un forzar un desempate con su ex compañero de cuartetos en el equipo amateur irlandés.
“Simplemente no estaba destinado“, dijo McIlroy. “Pensé que ese putt en el último estaba adentro. Simplemente no se dio. Sin embargo, en general, esta fue otra buena semana. Sigo poniéndome en excelentes posiciones. Eso es todo lo que puedes pedir”.
Este fue el campeonato de Lowry. Y esa sonrisa familiar se hizo más evidente después de la agonía de ver el putt de McIlroy para el desempate que estuvo tan cerca de caer. En su corazón había mucha felicidad.

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